El mango es una fruta tropical muy versátil, pues puede ser consumida entera, en jugo, en jalea, mermeladas, dulces, como ingrediente de postres y ensaladas, entre otros. Además, su valor nutricional lo convierte en una de las frutas preferidas para incluir en la dieta diaria.
¿Por qué plantar mango?
Principalmente, porque es un fruto que se puede plantar en el patio trasero de una casa y no necesita de mayores cuidados, como puede ser el caso de otras frutas. Su inversión también es baja y una vez que la planta crece, ofrece mucho producto.
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Cómo plantar mango
Si deseas invertir en este negocio, a continuación te decimos cómo empezar. ¡Toma nota!
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Conocimiento
No por tratarse de un negocio rural debes dar por sentado que es sencillo, sino estudiar sobre plantación, sistemas de riego, tipo de terreno, injertos, entre otras variables.
No todas las semillas germinan de la misma manera y cada una tiene necesidades individuales; en el caso de la manguera (árbol de mango), puede ser plantada primero en maceta y crecer hasta 30 metros de alto. Además, se adapta a altas temperaturas, estaciones secas e incluso lluviosas.
¿Cómo sembrar el mango?
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Plantación
Selección del suelo: Primero debes escoger el suelo, que no debe ser ni arenoso ni empapado, sino profundo y permeable. Del mismo modo, asegúrate de que sea rico en materia orgánica y nutrientes.
Limpieza y plantación: Limpia el área donde plantarás con tres meses de antelación, eliminando los tocones y restos de árboles. Puedes ayudarte con maquinaria específica para esto o con instrumentos de roza. Al momento de plantar, abre el espacio que necesitas (dejando lugar para las mudas) y agrega tierra del sitio con estiércol de res.
A su vez, debes regar la plantación tres veces por semana hasta que se establezcan las raíces, luego de ello solo cuando el suelo esté seco.
Nota: las mudas injertadas proveen más frutos que las plantadas por semilla.
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Plantación en vasos
Si no dispones de un patio, puedes utilizar un envase con capacidad de mínimo 50 litros de suelo para plantar. Recuerda podar las ramas luego de que la planta produzca los frutos.
En caso de utilizar la plantación en vasos, debes regarla una vez al día y trasplantarla cada cuatro o cinco años.
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Cultivo
En esta fase hay cuatro pilares que debes cuidar para conseguir el éxito: irrigación, poda, abono y control de plagas. Para empezar, el sistema de riego debe ser pocas veces por semana, pero utilizando abundante agua (si te lo puedes permitir, utiliza un sistema automatizado para que haya uniformidad y la planta no se seque o ahogue).
En cuanto a la fertilización, debe llevarse a cabo cuatro veces por año (cada tres meses) para las plantas cultivadas en el suelo y una vez al mes si fue en maceta. La poda puede hacerse durante la producción (cada año) o en la etapa de formación de la planta.
Por su parte, el control de plagas es elemental para no perder la cosecha. Las cochinillas arrasan con las hojas de la manguera (e incluso pueden perjudicar algunos frutos), pero pueden ser controladas con insecticidas o con mariquitas (se comen a las cochinillas). Asimismo, para evitar que en zonas con ventisca los frutos caigan antes de tiempo, puedes emplear un rompevientos.
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Comercio
Todo se debe hacer en función de ofrecer el mejor producto, así que es prudente recolectar los mangos con una vara, especialmente los que están en lo alto del árbol. También se deben retirar los que estén maduros y no los verdes (su sabor puede ser muy agrio para el consumo).
Por otro lado, al almacenar los mangos, ten cuidado de colocarlos con diligencia en las cajas para que no se aporreen unos con otros. También debes cubrirlos, manteniéndolos ventilados, para que no estén expuestos al sol.
Por último, existen muchas variedades de este fruto. Estudia cuáles son las que mejor se consumen en tu región y comércialas.