La creación de una empresa propia puede resultar intimidante. Sin embargo, esto es más sencillo de lo que parece, especialmente para autónomos. La siguiente lista dispone de los pasos fundamentales que debemos tener presentes para abrir una empresa, aunque algunos también pueden aplicarse por profesionales independientes mediante una cuenta para autónomo.

¿Por qué abrir una nueva empresa como autónomo?

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Si bien la economía global se encuentra en ebullición, existen múltiples razones para emprender y abrir una empresa propia. Esto es especialmente cierto para autónomos que cuentan con un servicio o producto diferenciado que ya comercian por cuenta propia. En este sentido, existen muchas herramientas para dar este salto y constituir la propia actividad como una empresa siendo autónomo.

Una de las principales herramientas a disposición es la cuenta para pequeña o mediana empresa. Un tipo de servicio sin comisiones de apertura ni mantenimiento que permite reducir la carga de costos. Esta puede resultar significativa durante los primeros meses. Asimismo, existen políticas de fomento que simplifican el proceso y reducen la carga impositiva sobre las nuevas empresas y autónomos.

Estas condiciones resultan especialmente convenientes para los autónomos que perciben que su actividad requiere de una mayor estructura comercial y administrativa. Pero esto también supone un incremento en las responsabilidades y un mayor esfuerzo, ya que deben atenderse, no solo las tareas relacionadas con la actividad, sino también aquellas desarrolladas en el ámbito de la gestión y administración de recursos.

En la actualidad existen muchos programas dedicados a la gestión empresarial y de profesionales autónomos que simplifican enormemente la tarea y permiten desarrollar las distintas áreas de facturación, rendición fiscal, laboral y contable de manera sencilla y económica. La siguiente es una lista con los 5 pasos fundamentales para abrir una nueva empresa como autónomo y comenzar con el pie derecho.

Los pasos que debes seguir para abrir un nuevo negocio

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1. Planificación y desarrollo del plan de negocios

Cualquiera que se haya desarrollado como profesional independiente o autónomo comprende que existen muchas áreas de la gestión que deben atenderse por fuera del producto o servicio que ofrecemos. En este sentido, antes de comenzar resulta fundamental la confección de un plan de negocios.

Este documento es un informe detallado que incluye todos aquellos recursos, áreas y condiciones necesarias para constituir una nueva empresa, siendo o no autónomo, pero no ya solo en sentido administrativo, sino también en función de su prolongación en el tiempo. Esto quiere decir, desarrollar la evolución del modelo de negocio y rentabilidad planteado.

Se trata de un mapa y una guía que nos permite plantear objetivos y estrategias específicas para alcanzarlos. Organiza los recursos a disposición, las tareas, funciones y responsabilidades, así como también sus requisitos y condiciones. La confección efectiva del plan dependerá de la actividad, pero pueden encontrarse muchos modelos y plantillas de planes de negocio para autónomos y emprendedores de manera online.

2. Análisis de mercado

Este análisis debe ocurrir durante la confección del plan de negocios, ya que este último debe establecer las condiciones reales de mercado durante el planeamiento y desarrollo del proyecto. Esto incluye comprender a nuestro potencial cliente, nuestra competencia directa e indirecta, análisis de fortalezas y debilidades propias (modelo FODA), entre otros puntos.

El análisis de mercado puede ofrecernos los atributos básicos de los productos y servicios que vendemos o prestamos como autónomos, así como también denotar los atributos competitivos e innovadores que pueden favorecernos sobre la competencia. En este sentido, resulta fundamental un análisis lo más detallado posible del mercado.

Una vez más, gracias a la preeminencia de internet como herramienta, resulta relativamente sencillo conocer a nuestra competencia y utilizar los modelos existentes para determinar cómo se constituye el mercado y de qué manera podemos posicionarnos en él.

3. Normativa y registro de la empresa

En este punto, la constitución legal de la empresa es uno de los factores que pueden resultar más abrumadores para quienes no disponen de experiencia en la materia. Sin embargo, se pueden determinar criterios básicos desde el Registro Mercantil.

La constitución de una sociedad mercantil puede ser limitada, anónima, cooperativa, sociedad civil, autónomo, etc. Cada una de ellas conlleva distintos requisitos según el tipo de actividad, capital dispuesto y estructura. Para una pequeña o mediana empresa, suele ser más conveniente constituirse como Sociedad Limitada, ya que limita nuestra responsabilidad a los bienes de la empresa y no los propios.

Para la constitución de dicha sociedad, debemos aportar un capital social mínimo de tres mil euros. Esto requiere de la presentación de un certificado bancario de la entidad en la que se deposite dicho capital, junto con la denominación social de la empresa. Finalmente, debe presentarse la escritura en el Registro Mercantil.

4. Abrir una cuenta bancaria para el negocio

Este pasó resulta fundamental para comenzar a operar como empresa o autónomo. Como empresa, será la cuenta que emplearemos para realizar la gestión de transferencias, pagos, depósitos y demás transacciones que puedan originarse de nuestra actividad. Existen cuentas diseñadas exclusivamente con dicho propósito.

En la actualidad, una cuenta para tu empresa puede abrirse de manera online y ofrecen una multitud de funciones muy convenientes para la gestión: automatización de pagos, informes de gastos, ventas, remesas, etc. Asimismo, pueden encontrarse muchas de ellas con beneficios, descuentos y sin comisiones.

Por lo general, las cuentas de este tipo solicitan un monto mínimo de apertura y algunos requisitos básicos como puede ser la documentación del titular y los datos de la empresa. Sin embargo, se trata de un paso fundamental para comenzar nuestra actividad como empresa o incluso permaneciendo como autónomo.

5. Financiamiento e inversión

En caso de tratarse de una empresa que requiere poco capital inicial y una inversión mínima, quizás podamos costear como autónomos los costos iniciales del proyecto. Sin embargo, en la mayoría de los casos, incluso si no resulta necesario de manera inmediata, conviene investigar sobre las opciones de financiación disponibles.

En este sentido, existen dos vías típicas: en primer lugar, obtener financiación en bancos e instituciones financieras privadas. Estas suelen ofrecer planes especiales para autónomos, emprendedores y pequeñas y medianas empresas, aunque las condiciones pueden variar de una institución a otra: capital propio, avales, historial crediticio positivo, etc.

La segunda opción es conseguir financiación por parte de inversionistas privados y empresas de capital, lo que no comporta una carga económica para el proyecto, como sí sucede en el primer caso en que deben costearse las cuotas de un préstamo o crédito. Esto, sin embargo, puede resultar difícil de conseguir como autónomo.