Imagina cómo vivían nuestros antepasados de hace unos siglos: sin poder encender la luz en las noches, sometidos a la oscuridad cuando se iba el sol, sin siquiera soñar en la existencia de aparatos como el televisor, el aire acondicionado o el microondas. Si lanzamos una pequeña mirada hacia la historia descubriremos cuán afortunados somos por contar con los recursos de los que muchas veces hacemos tan mal uso. La electricidad es uno de ellos, y de los más importantes. Cuando pensamos en las tarifas de luz, generalmente lo asociamos a la calidad de vida que nos representa el hecho de contar con este recurso, ya tan cotidiano en nuestros días.
Pero ha sido justamente el uso y abuso de las herramientas y avances logrados, lo que ha derivado en un deterioro constante del medio ambiente. El uso indiscriminado de nuestros recursos naturales y también de los materializados por el hombre, ha ido en un detrimento constante del ambiente y sus propios recursos. Y en este sentido, el campo energético es uno de los que mas posibilidades da para la toma de conciencia y el ahorro. Si te sumas a la tendencia ecológica que crece, y te interesa conocer formas para ahorrar energía en tu casa o negocio, cuidar el ambiente y también tu bolsillo, ¡Sigue leyendo y descúbrelo!
5 consejos para el ahorro energético en el hogar o el negocio
1. Aprovecha la luz del sol
Te parecerá una obviedad, pero te invitamos a que pienses cuantas veces enciendes la luz sin necesidad. Cuantas veces gastas energía, cuando la iluminación que necesitas está tan solo tras correr un poco la cortina de la sala o la habitación. El primer consejo para ahorrar energía es simplemente tomar conciencia de ello y utilizarla solo en los momentos en los que sea verdaderamente necesario. Si hablamos de que estudias en las noches, seguro que necesitarás iluminar muy bien tus espacios. Pero para las actividades que realices en el día, lo más seguro es que con abrir las ventanas sea más que suficiente. Ubica tu escritorio o lugar de trabajo cerca de las entradas de luz natural de tu casa u oficina. Verás como no solo ahorras energía sino que también te sientes mejor.
2. Sustituye las bombillas tradicionales por ahorradoras
Otro consejo simple y fácil de ejecutar para empezar a dar pasos rumbo al ahorro energético, es sustituir las bombillas comunes que tengas en tu casa u oficina, por bombillas ahorradoras. Los formatos LED o de bajo consumo son muy útiles para reducir el gasto energético, y su funcionalidad es exactamente igual.
3. No cargues tu celular en las noches
Este es uno de los consejos que mejores efectos genera, una vez que lo incorporamos en nuestras rutinas diarias. Solemos estar acostumbrados a dejar nuestro teléfono cargando antes de ir a dormir, pero la realidad es que esto implica un gasto energético completamente innecesario. Los móviles suelen necesitar, en lineas generales, de un máximo de dos horas para su carga completa, pero en el medio del sueño no solemos desconectarlos. Entonces, el aparato se pasa unas seis, ocho o incluso más horas (dependiendo de cómo duermas), gastando una energía que es completamente innecesaria. ¿Solución? Acostúmbrate a cargarlo en otros horarios, en los que te fijes y lo desconectes una vez que la batería esté llena.
4. Apaga y desenchufa los electrodomésticos
Este es también un consejo simple y que parte de la toma de conciencia sobre la importancia del ahorro energético. ¿Cuántas veces no has salido de tu casa o de la oficina, dejando la computadora encendida o en modo suspender? De esta forma sigue consumiendo energía, tal como si la estuvieras usando. Lo mismo ocurre con los aparatos electrodomésticos. El microondas, el secador de cabello, la licuadora… sí, es cierto que es más cómodo tener que usarlos y que ya estén listos. Pero dejándolos enchufados siguen consumiendo energía sin ningún tipo de sentido ni de necesidad. Vale más desconectarlos, tomar un par de segundos más en enchufarlos cuando los necesites, y contribuir de manera efectiva con el ahorro energético.
5. Limita el uso del aire acondicionado
En este consejo queremos entrar considerando el contexto de cada persona. Si vives en una ciudad muy caliente, o si en tu país atraviesan un fuerte verano, lo más seguro es que encender el aire acondicionado se trate de una necesidad importante. Pero si no es así, lo más recomendable es limitar su uso a los momentos en los que verdaderamente se necesite. Abre las ventanas, toma la costumbre de ventilar tus ambientes, y te darás cuenta de que necesitas menos del aire acondicionado, y puedes disfrutar de la temperatura natural mucho más. Lo mismo ocurre con el uso de la calefacción. Procura limitar su uso, y cuando la enciendas, mantén las puertas y ventanas cerradas, evitando así que el aire externo enfríe el ambiente.
En definitiva, con pequeñas y constantes acciones podemos generar grandes cambios, que se traduzcan no solo en un uso más consciente de la electricidad, sino también en un ahorro para nuestra economía.