Si buscas empezar un negocio que no requiera de tanto capital de inversión y que se pueda iniciar desde casa, la venta de ensalada de frutas es ideal para ti. Este platillo es delicioso, sano y muy nutritivo, por lo que es una opción ideal para vender en cualquier sitio y a cualquier persona.

A veces los productos se limitan a cierto público objetivo, pero las frutas son aptas para casi todo el mundo, de modo que la clientela es 100% segura y habrá mucho menos riesgo de perder mercancía. Asimismo, es un negocio bastante rentable porque las frutas, por lo general, suelen ser alimentos económicos, en especial si están en temporada.

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¿Cómo se prepara la ensalada de frutas para la venta?

Otro punto a favor de este negocio es que la preparación de la ensalada de frutas no es difícil, incluso se puede hacer desde casa. A continuación, te decimos cómo hacerla. ¡Toma nota!

  1. Compra las frutas que sean de tu interés y combinen al mezclarlas, como manzanas, piñas, mangos, peras, bananos, naranjas, fresas, melocotones, papayas, sandías, etc.
  2. Retira sus semillas y córtalas en trozos pequeños. Colócalos en un bowl grande y agrega una porción de naranjada, limonada o cualquier líquido combinable, como cualquier jugo cítrico. Sin embargo, puede ser servida sin él y también sabe muy bien (y es especial para quienes buscan cuidar su figura).
  3. Una vez listo, lleva el envase a la nevera para que enfríe, pero no utilices el congelador para esto o podrían formarse hielos.
  4. Luego de que enfríe la ensalada, coloca porciones en vasos plásticos con tapa.
  5. Si lo deseas, puedes agregar porciones de leche condensada en bolsas plásticas transparentes anudadas para quienes deseen añadirla como acompañante.

¿Cómo vender ensalada de frutas?

Hay muchas maneras que pueden funcionar para vender tu ensalada de frutas. La más económica es comprar una cava y guardar los envases plásticos con las porciones en ella. Puedes salir a la calle a ofrecer la ensalada de fruta en parques, plazas, avenidas concurridas, entrada de universidades o colegios, sitios de oficinas, etc. Sin embargo, en la playa puedes tener mejor suerte por la naturaleza del producto.

Otra manera es comprar una bicicleta y adaptarla para que puedas transportar las ensaladas en ella y ofrecerla a los transeúntes. Una buena idea es acercarte a las ciclo vías y ofrecer la ensalada de frutas a los ciclistas.

Otra opción un poco más costosa es montar un carrito de ensalada de frutas. La ventaja es que puedes ubicar un punto fijo para tu negocio y rotarlo de vez en cuando. Además, en él puedes vender otros productos para que haya mayor variedad de opciones (frutas enteras, barras de granola, helados, agua mineral, etc.) para tu clientela.

También puedes preparar ensalada de frutas para revender a comercios como panaderías, restaurantes, cafeterías, fuentes de soda, cines, cantinas escolares, etc., o hacerlas por encargo para servicios de catering.

¿Es rentable vender ensalada de frutas?

Su rentabilidad está asegurada teniendo en cuenta algunas variables. Primero, el secreto de la venta ambulante de productos (especialmente, comestibles) no es solo la calidad que tengan, sino el carisma con que se trate a los clientes. Es mucho más probable que compren tus ensaladas de frutas si eres amable y atento, pues la venta directa debe ser de esa manera.

Son muchos los comercios que pueden presentar una competencia para tu negocio ambulante y la gente puede preferirlos por temas de comodidad (tienen donde sentarse) e higiene (tienen permiso sanitario y de manipulación de alimentos); sin embargo, eso no quiere decir que vender en la calle le dé desconfianza a todo el mundo. Debes lucir presentable y ser cuidadoso también con la presentación de tus productos (estar sellados, usar servilletas, etc.).

Por último, puedes establecer precios bastante atractivos, de modo que la ensalada de frutas que vendas tenga un precio razonable y mucho más económico que en un local comercial. La ventaja de vender de manera ambulante es que el producto llega a los clientes sin que tengan que trasladarse hasta una tienda para adquirirlos.