Comprar una nave industrial no es barato. Y tampoco alquilarla. En España, su precio por metro cuadrado supera en algunas CCAA los 800 €/m2 que, frente a los más bajos, suponen un coste de entre poco menos de 200 € o millones de euros al mes. Dadas las posibilidades, revisar el contrato de alquiler de una nave industrial es indispensable para controlar los gastos. Pero antes de firmarlo, todavía hay más que tener en cuenta.
Se alquila nave, razón: enderezar la industria
De acuerdo con los registros de los principales portales de naves en alquiler, existen casi 9.000 naves industriales por arrendar en el país. La elevada cifra responde a un tejido industrial fluctuante, gozando en la actualidad de una fuerte demanda que sigue creciendo alrededor de Europa. Sobre todo, persiguiendo optimizar el modo en que la industria desarrolla sus actividades, encauzándolas hacia un objetivo de sostenibilidad.
Sea el medioambiente el catalizador o no de dicho furor, se mantiene aún la tendencia al alquiler frente a la compra. Encontrando los motivos en la inflación y en un sector que todavía está curándose de la herida económica que antes legó la pandemia, la gran oferta de naves en España atrae a cada vez más arrendatarios. Inquilinos laboriosos que, por su bien, deben tener en cuenta algunas cuestiones antes de firmar el contrato.
¿Cuánto cuesta en España alquilar una nave industrial?
Según los datos más recientes de Statista, en España el precio medio declarado de las naves industriales es de 452 €/m2, situando las Islas Baleares como la Comunidad Autónoma más costosa y a Castilla-La Mancha como la más económica, con 831€/m2 y 242 €/m2, respectivamente. Y si su compra por metro cuadrado puede parecer fuerte, a su vez, entre menos de 200 € y millones de euros mensuales es su precio de alquiler.
Como sucede con otro tipo de inmuebles, el precio de una nave industrial está sujeto a múltiples criterios. Entre ellos, su lugar de ubicación (zona metropolitana, urbana, rural) y su situación (céntrica, extrarradio, polígono industrial). Así como también lo encauzan por motivos evidentes tanto el estado de la nave y su tamaño, como las tendencias del mercado que puedan alterar el precio. ¿Pero es esto lo único a tener en cuenta?
Estudiar todas las dimensiones de la inversión
Para atinar la búsqueda, es evidente que esta debe basarse en tanteos y decisiones regidos por la necesidad que conduce a ella. Desde la duración preferente del alquiler hasta los requisitos primarios o secundarios para acceder al apretón de manos. Ello, sin olvidar en ningún momento qué posibilidades existen a nivel fáctico y legal para esas expectativas. Recomendando buscar asesoría inmobiliaria para agilizar ese proceso.
Con todo, y dada la envergadura de la inversión mensual, nunca está de más ahondar en toda la documentación generada, recibida o emitida sobre el arrendamiento de la nave industrial. En especial, todos aquellos aspectos de índole legal o que supongan a corto o largo plazo una posible subida en los precios. En todo caso, leer detenidamente el contrato es un paso imprescindible y obligad para no topar con ninguna sorpresa.
El contrato: la Biblia de cualquier alquiler
Fijar debidamente el precio de este tipo de alquiler es de suma importancia para poder afrontar futuros costes. Con él, el contrato debe estipular si existirá cualquier variación sujeta al IPC (Índice de Precios de Consumo) u otros impuestos. Como por ejemplo la Rasa de Residuos Urbanos de Actividades o incluso el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) y los suministros. Puntos a acordar con el arrendatario de la nave industrial.
Asimismo, en el contrato de alquiler deberá figurar el tipo de uso al que se destinará el inmueble. Ya que, según su naturaleza, podría conllevar ciertas licencias o actividades que ambas partes deben tener en cuenta. Así como matizar la responsabilidad de los daños a personas o bienes durante la actividad, en caso de que acontezcan. Y, ligado a ello, dividir las operaciones de mantenimiento en función de sobre quién recaen.
Otras consideraciones a tener en cuenta
Por la integridad tanto de los trabajadores como de la empresa misma, es importante no escatimar en ningún análisis. Razón por la que es preciso hacer hincapié en los criterios de seguridad que debería tener la nave escogida. Siendo preferible que ésta cuente ya con herramientas y elementos de protección como estructuras y paredes ignífugas o alarmas, extintores y otros dispositivos en la misma línea para preservar la seguridad.
Y la cosa no acaba aquí. Contando con más puntos a tener en cuenta en Wonder Legal, como la disposición obligatoria de un certificado de eficiencia energética (que servirá para recalcular los costes de uso de la nave y debería ser fácilmente accesible) o valorar la posibilidad de realizar obras de reacondicionamiento para el nuevo destino de la nave, la lista es larga. Pero no por ello de menor interés para alquilar la mejor opción.