El mundo de los libros está plagado de los más abundantes detalles. Desde las geniales historias de la literatura, pasando por los ensayos políticos o científicos, hasta los libros de texto que usan nuestros niños en su educación, la industria editorial tiene distintivos que le permiten mantenerse en el entorno actual. Entre estas particularidades, se destaca el código ISBN, que se constituye como una útil herramienta para identificar un libro en el contexto de venta. El proceso de comprar ISBN para libro es bastante más sencillo de lo que parece, y sus beneficios son múltiples.

Cuando hablamos de un código ISBN, nos referimos al concepto de Número Estándar Internacional de Libros, o Número Internacional Normalizado del Libro. Se trata de un código que identifica de forma única a determinado libro, con el objeto de su comercialización. La utilización de este código puede rastrearse hasta el año 1966, cuando fue creado y adoptado por las librerías y papelerías británicas W.H. Smith, en el Reino Unido. Fue a partir de 1970 cuando su uso se extendió, consolidándose como un estándar internacional de la industria editorial. Pero, ¿cuál es la importancia y el uso de este código para la industria del libro en la actualidad? Veamos.

¿Cuál es la utilidad del Código ISBN?

Qué es el código ISBN

En la práctica, el código ISBN no es más que un código de barras, pero de uso específico para la identificación de un libro. No tiene ningún tipo de implicación en asuntos como la propiedad intelectual, y su uso se destina a las transacciones comerciales. En este sentido, la utilidad que tiene la implementación de este código para el funcionamiento de la industria, es determinante. Permite, entre otros aspectos, cubrir dos funcionalidades básicas:

  • Identifica cada libro, cual si se tratase de un documento de identidad. El código ISBN implica el registro de todos los datos que componen la esencia del libro, como el título, la edición, el editor, el tiraje, la extensión, la materia, el país y la lengua original.
  • Sistematiza la producción y la industria editorial de cada país. Gracias a este código puede hacerse u seguimiento estrecho al comportamiento en ventas de cada libro, permitiendo llegar a las estadísticas del sector.
  • Facilita la comercialización de libros autoeditados. En líneas generales, la gestión del código ISBN es realizada por la editorial que ha adquirido los derechos de comercialización del libro. Si bien se trata de un paso que no es obligatorio, sin duda genera beneficios a la hora de ubicar la obra en las librerías y grandes almacenes. Si un autor ha decidido gestionar por sus propios medios la publicación de su libro, el hecho de contar con un código ISBN le abrirá las puertas de los espacios para venderlo. El trámite de su gestión puede ser realizado tanto por editoriales como por personas naturales.

¿Cómo se compone un Código ISBN?

El código ISBN de los libros

Tal como ocurre con los códigos de barras comunes, la codificación del ISBN es bastante similar. Implica la consideración de cuatro renglones de cifras, cada una con un significado puntual:

  • El Prefijo: Se trata de un elemento que se ciñe siempre a tres dígitos. En la actualidad, la industria editorial maneja sólo los números 978 o 979.
  • El Grupo de registro: Se trata del elemento del código que hace referencia al país, la región o el área lingüística a la que pertenece la publicación. Esta área del ISBN puede llevar entre uno a cinco dígitos.
  • El elemento que identifica al titular del libro: Es en este dato donde se empieza a aportar información más específica sobre el libro, identificándose la editorial o el editor que ha sacado adelante la publicación. Suele extenderse hasta siete dígitos, como máximo.
  • El número de la publicación: Este es el siguiente dato que encontramos en el código ISBN, y que nos aporta la información sobre la edición y el formato de la obra. Esta parte del código puede llegar a tener hasta seis dígitos de longitud.
  • El dígito de control: Esta parte del código ISBN aporta un extra de seguridad. Se trata del último dígito, y es usado para validar la identidad de la obra, en caso de que el código deba ser introducido de forma manual.

Tradicionalmente, desde su uso como estándar internacional, el código ISBN estaba integrado en su totalidad por diez dígitos. Un cambio en el sistema de codificación llevado a cabo en el año 2007, amplió este número a 13 dígitos, que son los códigos que podemos ver en las publicaciones actuales. Si bien el hecho de gestionar un ISBN no exime en absoluto del registro de la propiedad intelectual sobre la obra, se trata de una herramienta útil y muy bien valorada en la industria editorial. Si has hecho una obra que está en manos de algún editor, seguro se encargará de gestionar este código. Y si en cambio, has apostado por el camino de la auto publicación, el código ISBN facilitará el camino para el éxito de tu libro.