El mundo de los negocios es competitivo y voraz. Por ese motivo, no es suficiente con tener una buena idea para alcanzar el éxito. Estos planteamientos hay que llevarlas a cabo, saber ejecutarlos correctamente y alcanzar los objetivos. De hecho, en ocasiones es mejor copiar las ideas de otros, seguir los pasos de aquello que se ha demostrado que ya funciona, a intentar sacar un proyecto totalmente novedoso adelante. Suele ser mejor perfeccionar y optimizar que arriesgar con algo de lo que no se tiene la absoluta certeza de que vaya a salir bien.
Las ideas no lo son todo. Sin una buena ejecución de las mismas no hay negocio posible, y así lo explica Rubén Alonso en su último artículo sobre ideas de negocio online. Hay miles de visiones y concepciones cada día que se quedan en un cajón, que ni siquiera llegan a ver la luz. Otras tantas que se llevan a cabo, pero de manera incorrecta, por lo que, a pesar de ser buenas, acaban siendo un completo desastre. También están las que son malas, pero con una buena ejecución consiguen posicionarse bien y generar una gran cantidad de ingresos.
Es lógico pensar, por tanto, que más que de la idea en sí, es del trabajo posterior, la forma de desarrollar, de lo que va a depender el éxito o el fracaso. Por este motivo, son tantos los que se limitan a copiar la fórmula que ya les funcionó a otros, como estas ideas de negocio, y se olvidan de innovar, solo de optimizar, corregir y reformar.
Conoce los 6 pasos fundamentales para darle forma a una idea
No obstante, y a pesar a lo que se ha dicho con anterioridad, es bueno para quienes piensan que tienen una idea excelente conocer algunos de los pasos de ejecución que harán más fácil que acabe siendo una realidad exitosa.
1. Pasar de la abstracción a la realidad
Las ideas no pueden quedarse flotando en la imaginación eternamente. Si realmente se quiere llegar a hacer algo productivo con ellas, el primer paso es bajarlas de la abstracción al mundo real, dándole forma a un proyecto. En este sentido, la tecnología hoy día es una gran alidada, pues existen herramientas que permiten documentar los conceptos, guardarlos y compartir las ideas para contar con las opiniones de personas expertas. Con el asesoramiento adecuado, se podrá ver en qué se falla para arreglarlo y mejorarlo.
2. Establecer objetivos y un calendario
Una vez que se le ha dado forma a la idea, hay que estructurarla para ir cumpliendo las metas en unos plazos realistas. Se trata de establecer prioridades, indicar fechas límite, pues si no todo el proceso será caótico. La mejor recomendación en este sentido es ir por partes y trabajar por hitos a cumplir.
La gestión de proyectos ayuda a tener una visión global, pero hay que empezar a actuar a partir de un plan integral compuesto por tareas. Cada una debe tener una finalidad y avanzar para que se cumpla en el tiempo establecido. Con la totalidad de los hitos logrados se alcanzará una meta global.
3. Validar la idea en el mercado
Llega el momento de ver si realmente el proyecto tiene cabida en el mercado. Ya se tiene la idea clara y estructurada, ahora toca investigar su viabilidad antes de dar cualquier paso que resulte inútil. Hay que analizar el público objetivo y que necesita, así como a la competencia directa y qué estrategias utiliza, cuáles les funcionan y cuáles se pueden mejorar.
Asimismo, es necesario calcular el presupuesto que se necesita, las opciones de financiación, y cuánto se tardará en alcanzar el punto de retorno de la inversión.
4. Creación de un plan de negocio
Si el proyecto resulta viable, viene el momento de crear un plan de negocio. Los siguientes consejos son válidos para cualquier tipo de emprendimiento; tiene que ser breve y describir claramente el producto o servicio y plantear metas en el corto, medio y largo plazo.
Asimismo, debe contener los recursos que necesita, una información financiera precisa, la plantilla que se necesita y una valoración de la competencia en relación a las virtudes que se van a aportar para superarla.
5. Creación de la marca
Un elemento esencial es la marca y el logo que serán la parte visible de la idea, lo que hace a un proyecto único y reconocible por parte de los consumidores. Se trata ni más ni menos que de la identidad.
La marca debe ser única y diferenciarse del resto, por eso nunca debe coincidir con la de otra empresa existente ni dar lugar a confusión por ser demasiado parecida. Es importante también contar con un eslogan que defina a la compañía y acompañe a la marca en las campañas publicitarias. Una vez que se cuenta con un nombre y un eslogan, hay que crear la imagen visual, es decir, el logo. Otro paso fundamental es efectuar el registro de la marca para que nadie más pueda utilizarla ni copiarla.
6. Lanzamiento del negocio
El último paso en el desarrollo de la idea es el lanzamiento del negocio, producto o servicio, utilizando los principales canales que permitirán visibilizarlo y darlo a conocer. En este momento debes apostar al éxito, poniendo tus mejores herramientas al servicio de ese proyecto. Si trabajas de forma estratégica, inteligente y constante, seguro podrás hacer crecer un negocio sustentable y escalable.