En el contexto actual, abrir una tienda online es una decisión que, a priori, es buena idea, dado el auge de la venta online que se viene experimentando en los últimos años. Abrir un comercio en línea es más sencillo que hacer lo propio con uno físico. Pero, lo cierto es que es necesario conocer una serie de puntos con el fin de que la tienda funcione bien.
Los envíos son una parte muy importante de la tienda
En la mayoría de las ocasiones, la interacción del e-commerce con el cliente se circunscribe a la entrega de los paquetes. De ahí que escoger una buena opción de envíos para empresas sea algo muy relevante.
Se puede confiar en compañías como InPost, la cual está especializada en los envíos a Punto Pack y a los Lockers. Los primeros son tiendas de barrio y los segundos ese tipo de taquillas inteligentes que vemos en gasolineras o centros comerciales.
Esta forma de envío es una de las preferidas de los clientes, puesto que así evitan esperar a los mensajeros. Pueden ir a recoger sus paquetes cuando deseen.
Hay que contar con un equipo profesional que la diseñe
Es cierto que poner una tienda online es muy fácil, pues basta un CMS y unos plug-ins para que esté operativa, pero un e-commerce profesional necesita mucho más.
Por eso, lo mejor es contar con un equipo de especialistas que la diseñen de acuerdo al sector al que se dirige. Además, que hagan que el proceso de compra sea lo más sencillo posible y consigan que siempre esté en línea. Y sobre todo, lo más importante, que llegue tráfico a la web, ya sea por medios pagados o de forma orgánica, ya sea a través de posicionamiento en buscadores o redes sociales.
Diferenciarse de la competencia
Una de las partes más difíciles de conseguir con una tienda online es diferenciarse de la competencia. Pues, ahora existen comercios virtuales de todo tipo de artículos.
Hay que pensar en ofrecer algo diferente. Por ejemplo, gastos de envío más bajos, mejores productos, una calidad mayor en la atención al cliente, artículos que no se encuentran de manera sencilla, etc.
Si no se hace esto, la nueva tienda online será una más de las miles que hay en la red y a la que le será complicado vender.
Evaluar de manera constante los resultados
Otra de las ventajas de una tienda online sobre una tradicional es que hacer mediciones es muy sencillo, incluso con herramientas gratuitas que aporta Google.
Con ellas es posible conocer los usuarios que han entrado a la tienda, los que han metido un producto al carrito, qué porcentaje sale sin comprar nada, cuánto tiempo tarda la web en cargar, etc.
Estos números hay que evaluarlos de manera permanente, de forma que se pueden hacer los cambios que sean necesarios a fin de mejorar los resultados de la tienda, las ganancias que se obtienen a final de mes.